La
perspectiva de las capacidades y vida humana se podría considerar como un
enfoque en el cual se prioriza el desarrollo de capacidades o habilidades
personales de un individuo con el objetivo de una mejoría en su vida en
general, el objetivo es pues definido básicamente no solo por un desligamiento
completo de la búsqueda de la máxima producción, ya que mediante un enfoque de
las capacidades humanas en realidad se estaría incentivando una mejora de la
producción pero de manera indirecta. De esta forma, “La ampliación de las
capacidades no es neutra respecto del aumento de la productividad. En una
sociedad que permite a sus miembros escoger entre opciones más amplias de vida
(en el sentido de que no les impide, pero también en el sentido de que los dota
para escoger con amplitud y para ejercer con excelencia lo que escogieron)
muchos escogerán tipos de actividad laboral en los que se realicen como
personas” (Iguiñiz y Ansión 2004:43).
Prestando atención podemos darnos cuenta que en el enfoque de las
capacidades humanas se busca el beneficio “real”, si se pudiera afirmar así, no
se busca un enriquecimiento fácil a través de procedimientos o de la
automatización del ser humano sino que en realidad se busca optimizar al ser
humano como individuo en sí mismo, mejorando su capacidad para poder realizar
una actividad, de manera que pueda hacerlo cada vez mejor, hasta llegar a cierto
punto de perfeccionamiento. Por lo tanto podríamos afirmar que “El enfoque de
capacidades no es, por tanto, un planteamiento sólo "posterior" a la
producción de cosas, tiene su mirada en cuán libre y cuán realizadora es esa
actividad porque está alerta al fin último del trabajo: el propio ser humano.
Es, por ello, muy sensible a la posible instrumentalización de la vida humana y
su puesta al servicio de causas distintas de su creciente plenitud personal y
social” (Iguiñiz y Ansión 2004:43). Esta afirmación tan enriquecedora presenta
el objetivo principal de la perspectiva de las capacidades y vida humana la
cual sería en última instancia: El propio ser humano, analizándolo como hombre
social, como un individuo que es afectado por su entorno y que se encuentra en
constante cambio. Es sumamente importante la búsqueda de brindar al ser humano
esa actividad o trabajo que lo llene como persona, que le ofrezca esa
realización, felicidad y plenitud personal que lo haga motivarse a sí mismo,
mejorando cada vez más y a mayor velocidad. A modo de conclusión de este
subcapítulo podemos afirmar que la perspectiva de las capacidades y vida humana
nos muestra un camino posible por el cual se puede lograr los objetivos
económicos de las empresas, principalmente un aumento de la productividad
tomando como enfoque el medio por el cual se puede llegar a cumplir este
objetivo más que el fin en sí mismo. Este “medio” vendría a ser el desarrollo
de las capacidades individuales de cada persona, la motivación positiva y
centrada en una época en que más que supervivencia, se busca la felicidad y la
autorrealización, logrando de esta manera no solo cumplir los objetivos
económicos previamente planificados, sino mejorarnos como seres humanos. “Lo
primero requiere invertir en gente, lo segundo que la gente contribuya al
crecimiento del PNB y al empleo. Ambos lados de la ecuación son esenciales.”
(UNDP 1992). En pocas palabras, este sería el método por el cual se puede
llegar a un verdadero desarrollo humano, desarrollo como personas, como
individuos, primero optimizándonos a nosotros mismos para después contribuir a
nuestra propio crecimiento a nivel económico, social, etc.
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