En
este subcapítulo se realizarán la identificación y análisis apropiados para
poder revelar ciertas características de las MYPES en el ámbito interno, así
como en el externo. Es importante destacar que estamos viendo a la MYPE como
conjunto de negocios o emprendimientos emergentes desde un contexto de
informalidad. Por lo tanto se deben de tomar en cuenta ciertas características
y procesos intrínsecos, como lo es la falta de un personal adecuado, la calidad
del empleo y más importante aún, el factor del subempleo. De esta forma podemos
definir el concepto,
La informalidad,
entendida aquí como el sector donde las unidades de producción atraen personal
poco calificado y donde mayormente no se brindan beneficios laborales, mide por
tanto, la calidad del empleo desde la demanda de trabajo. En cambio, el
subempleo mide la calidad del empleo desde la oferta laboral, ya que comprende
a los trabajadores que se encuentran insatisfechos con su empleo por la
insuficiencia de las horas de trabajo o por los ingresos recibidos. El evidente
nexo entre la oferta y la demanda permite entender que la informalidad y el
subempleo están estrechamente vinculados, por lo que es más enriquecedor
analizar los dos problemas de manera conjunta y no de forma separada. (Bardales
2011: 2)
Así
pues, es importante analizar una característica particular como es la de
“subempleo” que se da usualmente en las MYPE. Este término está referido
principalmente a un puesto de trabajo precario, de una categoría inferior, o
simplemente informal en el que se desempeña una persona en particular con un
grado superior de educación, que por sus habilidades o conocimientos
calificaría para un empleo con mejores condiciones laborales en general. Julio
Bardales define al subempleo como, “aquella condición de insatisfacción por la
jornada de trabajo o por el ingreso percibido. Así, un trabajador es
considerado subempleado si labora menos de 35 horas semanales, deseando (y
pudiendo) trabajar más tiempo” (Bardales 2011: 3). Lo importante a recalcar en
esta definición es la “condición de insatisfacción”. Como bien menciona
Bardales, este es un punto importante ya que brinda una perspectiva estrechamente
ligada a la situación personal y anímica del empleado, en este caso la persona
se podría considerar subempleado si no siente que en ese empleo esté logrando
una progresión a manera personal o económica y que en cierto sentido se
encuentra “estancado” o “limitado” por las circunstancias presentes. Es
importante mencionar una característica ligada a la informalidad y subempleo
que tiene como resultado las MYPE, la cual vendría a ser el nivel de educación.
Como se sabe, la MYPE en algunos casos representa un medio por el cual una
persona puede emerger “desde abajo”, lo cual en su mayoría de casos está
vinculado a la pobreza, lo que nos lleva a una falta de educación, falta de
oportunidades, etc. En este caso en particular la falta de educación, significa
un punto por el cual familias en particular, buscan la asociación para crear un
negocio familiar que repercute en un emprendimiento informal. De esta forma,
Respecto a las
características del hogar, se tiene que el promedio de los años de educación
acumulados presentan una relación positiva con la probabilidad de ser un
trabajador del sector informal y ser subempleado. Los ingresos del hogar,
descontando los ingresos del trabajador, disminuyen tales probabilidades, lo
que se relaciona con el vínculo entre status y empleo de calidad. Un aumento de
los miembros del hogar incrementa la probabilidad de laborar en el sector
informal y ser subempleado, lo que implica que el incremento del tamaño del
hogar eleva también las necesidades, impulsando al trabajador a aceptar
trabajos marginales con el fin de cubrir sus necesidades. (Bardales 2011: 8)
La
relación entonces de educación en las familias y el número de miembros que la
integran son factores determinantes en la probabilidad de laborar en el sector
informal. Estas afirmaciones reveladores son vitales para poder confirmar que
la MYPE en efecto es una consecuencia de el “aceptar” o “estar obligado” a
desempeñarse en trabajos marginales, es decir en trabajos no correctamente
remunerados, sin las condiciones apropiadas en relación a seguros y sin las
regulaciones del estado, en síntesis trabajos jornaleros, de poco tiempo, con
mucha fuerza laboral, poca productividad y que no cumplen con la condición de
“satisfacer a la persona que lo desempeña”. En cuanto a las actividades como
las del sector minero, las practicas agropecuarias y los sectores comerciales
podemos ver que estas también tienen una repercusión directa que influye de
manera positiva o negativa en cuanto a la probabilidades de laborar en el
sector informal, esto se debe tomar como un indicador importante ya que ciertas
actividades elevan la posibilidad de que una persona esté en contacto con el
sector informal y que se integre a él, en este caso desarrollando su propio
emprendimiento informal (MYPE) de manera que pueda mantener su nivel de vida o
mejor dicho de mantener su supervivencia. De esta forma,
En cuanto a las ramas
de actividad, trabajar en el sector minero disminuye la probabilidad de
informalidad y subempleo, lo que se relacionaría con la productividad y buenos
ingresos del sector. Caso contrario sucede con el hecho de trabajar en el
sector industrial y el sector comercio. Trabajar en la actividad agropecuaria
también aumenta la probabilidad de laborar en el sector informal pero no tiene
ninguna implicancia sobre el subempleo. En la rama de construcción se tiene
efectos inversos: aumenta la probabilidad de informalidad, pero disminuye la
probabilidad de ser subempleado, lo que guardaría relación con el hecho de que
en este sector se pagan buenos ingresos (componente principal del subempleo),
pero, sin beneficios laborales (como seguros o contratos de estabilidad).
(Bardales 2011: 9)
Se
puede apreciar claramente que la informalidad y sus manifestaciones prácticas
como la MYPE son consecuencias directas de ciertas actividades, formas o
estilos de vida que lleva la gente (siguiendo el supuesto que estas personas
hayan elegido formar una MYPE como medio de salida fácil a sus problemas
económicos), en este caso se debe destacar como una característica importante
el hecho de que los buenos ingresos y los beneficios laborables inevitablemente
reducen el porcentaje de informalidad y subempleo. Asimismo cabe destacar que
una característica distintiva del sector informal y por lo tanto de la MYPE es
la incapacidad de ofrecer buenos ingresos asimismo como los beneficios
laborales que en este caso vendrían a ser los seguros y los contratos de
estabilidad
A
modo de conclusión, de este subcapítulo podemos afirmar que la MYPE cuenta con
características particulares que repercuten en la sociedad y que toman como
muestra los trabajos precarios, la baja productividad, la excesiva fuerza de
trabajo, la escasa capacitación y educación de los trabajadores así también una
cantidad excesiva de horas de trabajo que trae consigo una pobre remuneración
económica. En síntesis se da la búsqueda de la supervivencia más que de calidad
de vida dejando de lado aspectos cruciales del individuo.
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